28/10/08

Diario de a bordo (3)

Bernardo estaba enfermo. El cáncer ya avanzaba a un ritmo trepidante. Pero sus hombres acababan de sufrir un atentado en el Líbano y él había abandonado la cama del hospital, en pleno tratamiento de quimioterapia, para acompañar al Ministro Jose Antonio Alonso a recuperar los cádaveres. Un mes más tarde volvía a visitar a sus "soldadicos". Este Teniente General insistía en recomendar a todos los cargos públicos, desde el Rey hasta quién fuera, que para ser un buen General "hay que saber cómo le huelen los pies a un soldado". Él lo sabía y no hubo manera de impedirle que estuviera con ellos hasta el final. Este viernes día 31 de octubre le impondrán en la Academia de Infantería de Toledo la Gran Cruz al Mérito Militar, con carácter extraordinario, a título póstumo. Me lo imagino con su cigarro en la boca, su copa de Drambuie en la mano, mientras contempla tanto oropel y él pensado socarrón "el muerto al hoyo y el vivo al bollo".

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