27/10/08

Sarajevo (2)


Este verano volví a Sarajevo. Volver a Sarajevo no es volver a cualquier sitio. Al menos no lo es para mi. Era un viaje planeado junto a un amigo, pero era mucho más que eso. Sarajevo siempre me remueve la conciencia y la inconsciencia. Con ese desdén irónico con el que sus mujeres pasean arriba y abajo por la Ciudad Vieja, con esa impunidad coránica con la que los sarajevici beben cerveza y esa tranquilidad con la que los gatos toman el sol bajo las arcadas de la gran mezquita, Sarajevo contempla asombrada como el mundo se ha olvidado de ella. Ya no hay actores míticos, ni filósofos de melena desbocada y mechones blancos, que se peleen por hacerse una foto junto a la biblioteca destruida por los morteros. Por eso no deja de ser curioso que el niño mimado de las letras americanas, Johnatan Safran Foer, y, su no menos aclamada mujer, Nicole Krauss, dejaran estampadas sus firmas en el libro de visitas de la vieja sinagoga sefardí. Habían ido a Sarajevo imagino que en busca de sus raíces judías que tanto éxito literario les han reportado.

PD: Por cierto la Biblioteca destruida por los morteros serbios continua en reconstrucción

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