
Cómo no! Barack Hussein Obama. Menuda nochecita. Espectáculo garantizado.
Ahora todo el mundo sabía que Obama iba a ganar de calle, y encima se le está rodeando al pobre de una aureola mítica poco práctica. Obama no podrá estar a la altura de las expectativas si continúan, algunos, intentando canonizarle antes de que sea beato. El discurso en Green park, Chicago, parecía más el de un telepredicador que el de un político, pero estuvo bien. El problema llega con sus promesas electorales, que así, como quién no quiere la cosa, anuncian una especie de sanidad universal, escuelas públicas de calidad para todos y una redistribución del sistema de impuestos. Si Obama hubiese sido elegido en el año 2001 con un superavit presupuestario importante quizás hubiese podido llevar a cabo sus promesas. Pero en el año 2008, con un presupuesto con deficit supersónico, dos guerras costosísimas y un sistema bancario en bancarrota....quizás el efecto Obama sea como el efecto Carter. ¿Alguién se acuerda de Jimmy Carter? Llegó a la Casa Banca tras el escándalo del Watergate....y duró 4 años. No me extaña que algunos republicanos se estén frotando las manos.
Y recuerden que el que avisa no es traidor.
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