16/10/08

Sarajevo (1)


Esta soy yo durmiendo en la mesa de un restaurante (un cevapccici en realidad) en la Vieja Ciudad de Sarajevo. Mes de mayo del año 1999. El olor de la guerra aún persiste en la ciudad, las huellas de los morteros serbios están presentes en todas las fachadas. Los viejos puentes otomanos por reconstruir. En Mostar patrullan las tropas españolas por una ciudad fantasma donde el río Neretva es un abismo que divide a católicos de muslmanes. En Srebrencia aún reina el silencio y apenas algunas fosas comunes han sido abiertas y pocos restos exhumados. Los serbios, mientras, continúan negando el peor genocidio cometido en Europa tras la Segunda Guerra Mundial. Limpieza étnica en Visegrad o Foca donde Ratko Mladic y Radovan Karazdic se pasean triunfantes. Miles de refugiados esparcidos por toda Europa (muchos no volverán). Miles de soldados de la OTAN, miles de cooperantes, miles de diplomáticos.

Hace mucho calor y la cerveza local (una de las mejores que he probado) puede conmigo. El sueño de Sarajevo es el sueño de una larga noche. Apenas ha empezado a amanecer y el día tampoco parece mucho mejor. Trece años después Sarajevo aún huele guerra olvidada.

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