22/12/08

El periódico más feliz del mundo

No es broma. Cuando la crisis económca parece a punto de devorarlo todo, especialmente los periódicos y los diarios ven como sus redacciones quedan reducidas a la mínima expresión, sus ediciones cada vez llevan menos páginas y sus lectores se desvanecen como los azucarillos en un vaso de agua, hay un periódico que no sólo se la trae al fresco (la crisis me refiero) sino que encima inaugura sede con nocturnidad y alevosía: The Guardian.

Muy cerca de King's Cross Sant Pancrass y justo al lado de la British Library, los del Guardian acaban de estrenar su nueva y flamante sede. El exterior, pero sobre todo el interior, harían palidecer de envidia a los periodistas de medio mundo: sillas de diseño, máquinas Nespresso (gratis), agua mineral, alfombras mullidas de lana de colorido cálido, decoración gráfica muy cool, restaurantes para paladares exigentes y mucho espacio donde Alan Rusbridger (director del Guardian) puede guardar su chelo.

Pero la felicidad de la gente del Guardian no sólo está motivada por su nuevo cuartel general. La felicidad tiene que ver con la distancia. La distancia que hay entre el modelo de negocio (el suyo) y el del grupo Tribune, por poner un ejemplo. La propia Emily Bell, jefa de los contendios de guardian.co.uk me lo decía sin tapujos: "los miembros de nuestra Fundación no nos exigen beneficios, estamos tranquilos porque podemos continuar innovando y probando sin necesidad de que los beneficios aumenten". Eso mismo pensó el director del Chicago Tribune, Jack Fuller, al presentar su dimisión el mismo día en que el grupo Tribune salía a bolsa.

Xavier Vidal Folch, en cambio no está muy de acuerdo con mi teoría sobre la felicidad periódistica. Dice que al apoyar las opiniones de los del Guardian le doy la razón a Bush cuando carga contra el libre mercado. Discutir con Vidal es como prepararse para correr la Maratón, pero digamos que sí estoy de acuerdo con Bush y con quién sea, cuando digo que, si las bolsas, las ingenierías financieras y sus caprichos, ponen en peligro las redacciones de periódicos como Los Angeles Times (entre muchos), quiero que existan medidas que permitan proteger la profesión periódistica. Si gastan mi dinero en salvagaurdar la fortuna del señor Botín y sus accionistas , ¿por qué no lo hacen para salvar del cierre El Periódico de Catalunya?. Para mí tan esencial es que existan periódicos como bancos. Sino más.

El gran error de los años ochenta acaeció cuando los propietarios de los periódicos decidieron salir a bolsa. La ambición rompe el saco...dicen.

Otra lección de la gente del Guardian. Aún no han descubierto cómo obtener ganancias cuantiosas de su edición web. Nadie lo ha conseguido aún, pero ellos no tardarán en hacerlo. Pero sí que son muy conscientes de quién es su público. Una franja de público estrecha pero global. Los liberales económicamente seguros de todo el mundo se refejan perfectamente en la página web del Guardian. Desde el Reino Unido hasta China pasando por los EEUU donde el Guardian tiene más de 5 millones de visitantes únicos. ¿Por qué no hace lo mismo El País? ¿Por qué la gente de Miguel Yuste no son la web de referencia para esa misma clase social en Perú, Argentina o Brasil?. El español, como el inglés es una lengua global. En King's Place lo saben y les funciona.

1 comentario:

Joan Maria dijo...

El País nunca será a nivel global lo que es el Guardian por el mismo motivo que España JAMÁS será a nivel global lo que es Gran Bretaña.

Desde Flandes al Milanesado, desde el Río Grande a la Tierra del Fuego, España ha sido expulsada de una soberana patada en el culo. En cambio, Su Graciosa Majestad aparece sonriente en los billetes de Canadá y Australia, que no son precisamente los subdesarrollados países de habla hispana. Dígale a un chileno o un colombiano que ponga al rey de España en sus billetes, a ver qué le dice.

España ha sido y es incapaz de crear comunidad. España no sabe proponer, sólo sabe imponer. Y El País es el periódico global ESPAÑOL. Pues eso.